En la ría de Arousa está prohibido comer mal. Con ese mar y esa tierra, la idea de decidirse entre el pescado y la carne es siempre una duda existencial que siempre tiene final feliz porque, se elija lo que se elija, siempre estará bueno. No hay estación baja para poder disfrutar de esta tierra.
O mejor que bueno, que el aire marino, el paisaje y las manos sabias de los cocineros saben sacar partido a los manjares. Los vinos de Campillo y Faustino son la apuesta segura, aquí no hay que elegir.
Solaina
Av. Beiramar s/n. O Grove, Pontevedra. Tlf: 986 732 969
Va para 30 años que Solaina hace disfrutar en el puerto de O Grove. Por supuesto, el pescado y el marisco son los reyes del menú y la escena en esta marisquería de toda la vida, donde todo está en su sitio y como debe ser. La empanada casera de zamburiñas puede marcar los pasos por un festival de sabores tradicionales, en donde hay ese punto casero con las croquetas de camarón o los mejillones al vapor. Luego a la hora de culminar, siempre está la duda de que si centolla de la ría o almejas a la marinera, que si rape a la crema de nécoras o un arroz caldoso con bogavantes. En lo que no hay duda es en una buena botella de Faustino, para estar a la altura.
La Indiana
Lugar Vinquiño, 39. Sanxenxo, Pontevedra. Tlf: 986 724 514
Justo a la entrada de Sanxenxo, La Indiana es un lugar para disfrutar en familia. Se come bien y los niños disponen de un jardín inmenso donde jugar y entretenerse al tiempo que permiten a los adultos gozar tranquilos de la sobremesa. Pero hasta que llega ese momento habrá que enfrentarse a una ración de navajas, a un pulpo, un bacalao o, quien sabe, si a una merluza. O un arroz con vieiras y una carne bien asada. Una copa o dos de alguna referencia de Campillo nos alegran la comida y el ánimo. Y luego, de postre, una empanada de manzana, por si acaso uno se ha quedado con hambre.
O Fogón da Ría
Rúa Fontecarmoa, 87. Vilagarcía de Arousa, Pontevedra. Tlf: 986 507 962
Una casona recia del siglo XVI con un jardín de 3.000 metros cuadrados cerca de la ría de Arousa no puede ser un mal sitio para disfrutar de la vida. Una vez ahí habrá que elegir entre los tres salones para instalarse y gozar con la familia o los amigos. Hay que probar esas recetas que sorprenden, como el pulpo a la plancha con queso o el micuit de pato con salsa de frutos rojos antes de entrar de lleno en materia.
Como no puede ser de otra manera aquí nos tientan con mariscos y pescados aunque también hay una amplia propuesta de carnes, que siempre vienen en su punto justo. En cualquier caso, una parrillada o una cazuela de rape, rodaballo y algo más sustancioso es siempre una oferta que no se puede rechazar.
A Meca
Paseo O Cantiño, 12. Illa de Arousa, Pontevedra. Tlf: 986 551 551
Las islas siempre tienen su magia, aunque estén cerca del continente y unidas a él por una carretera. Pero el ambiente siempre es diferente y sientes que estás en un lugar muy diferente. Pero a la hora de comer el consejo es el de siempre: buscar un restaurante que trate bien productos buenos. A Meca es una dirección segura, y su gran terraza acristalada siempre es un refugio seguro, haga sol o no. Si pedimos un arroz con bogavante y un salpicón de rape con una botella de Campillo las vistas de la ría son incluso más espectaculares de lo normal.
Casa Rosita
Aldea O Ribeiro, 8. Cambados, Pontevedra. Tlf: 986 542 878
En Casa Rosita todo confluye y el resultado es siempre feliz. Un hotel tradicional, señorial incluso, del tamaño justo para estar como en casa, con 50 habitaciones, un jardín tentador y, sobre todo, una de las cocinas tradicionales más apetecibles de Galicia. Ésta es dirección es una apuesta segura en cualquier circunstancia. El pescado y el marisco de la ría triunfan en este salón blanco y luminoso, que parece brillar todavía más cuando sirven un salpicón en su punto o una merluza guisada, y no digamos nada si viene con una botella de un blanco de Campillo bien fresquito.
A Casa de Miguel
Rúa Real, 14. Cambados, Pontevedra. Tlf: 648 504 246
Una ambiente acogedor, cálido, es el que recibe al comensal en A Casa de Miguel. Y uno acaba pensando que se encuentra en su propia casa, pero mejor, que aquí te lo ponen todo en la mesa sin preocuparte de nada. Aquí uno puede venir tanto a tomarse unas tapas como a darse un homenaje.
Una brocheta de rape y langostinos o unos chipirones a la plancha siempre apetecen a cualquiera pero nunca hay que dejar de probar el revuelto de erizos, algas y berberechos, que es cosa fina, unos chocos de la ría o un buen chuletón de buey si se viene con hambre. Una botella de Faustino siempre es buena compañía.