Sorpresas que da el camino

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Sorpresas que da el camino

Ese placer de encontrar Faustino en la carta

Las carreteras nos llevan de un lado a otro. Y entre esos lugares a los que nos acercan están los buenos restaurantes que nos esperan nada más tomar una salida. Los cruces son lugares propicios para hacer descubrimientos gastronómicos así que aquí presentamos tres santuarios en los que hacer parada y descansar el pie del acelerador.

El arte de la hostelería merece un especial reconocimiento, más ahora que nunca. La verdad es que dan ganas de tener hambre para salir de la carretera, buscar un refugio y pensar en nuestro destino. Una buena mesa siempre hace el milagro.


Casa Marcial

Sorpresas que da el Camino

N-110, km.227. Villacastín, Segovia. Tlf: 921 198 570

No es un sitio cualquiera. Villacastín ocupa un punto estratégico, el del mítico cruce entre la N-110 y la AP-6, y allí, se venga por la carretera que se venga y se siga por la que se siga, si hay ganas de comer la solución es sencilla: Casa Marcial.

El menú del día es una opción de campeonato, pero ya que estamos en estas tierras podemos disfrutar de las cosas especiales de la zona. Marcial y sus hermanos son serios a la hora de dar de comer y unos profesionales como la copa de un pino. El Faustino Art Collection y algún que otro tinto de Faustino son vinos de referencia a la hora de un aperitivo con buenos torreznos o una deliciosa ensaladilla rusa.

Es Segovia, y aquí el cordero y el cochinillo alcanzan cotas que se igualan, que no se superan. Por tanto, un asado merece la parada. La Granja queda cerca así que los judiones son una tentación que habría que aprovechar en alguna ocasión, y aconsejamos que sea la primera que se presente.

Y aunque decimos que es Segovia, aquí la carne buena se llama de Ávila. Lo bueno es que por este cruce acabaremos pasando muchas veces así que siempre habrá ocasión de continuar revisando la carta.


Letual

Sorpresas que da el Camino

Avenida Flórez Estrada, 16. Noreña, Asturias. Tlf: 985 741 381

A pocos centenares de metros de otro cruce importante, el de la A-64 y la AS-I, encontramos otro oasis al borde de la carretera. Aquí vivimos la consistencia de los restaurantes asturianos, en los que se aceptan muchas cosas pero no las tonterías.

Un menú del día, poderoso a pesar de no llegar a 10 euros, resulta una tentación irresistible para desviarse. Aunque, ya puestos, la carta resulta tentadora en grado sumo: ¿a quién no le apetecen unas anchoas con queso y pimientos del piquillo o unas zamburiñas para empezar antes de decidirse por un pixín en salsa de oricios, un solomillo al cabrales o, mejor todavía, un cachopo de cecina y queso manchego?

Una botella de Campillo, ya sea crianza o reserva, redondea la jugada y nos convence de que la parada es un éxito asegurado.


Xoiña

Sorpresas que da el Camino

A Corredoira, 5. Foz, Lugo. Tlf: 982 140 944

La N-642 bordea la A Mariña lucense y allí, diríamos que en el cruce con la ría de Foz, encontramos el lugar para desviarnos y detenernos con la excusa de la buena mesa. El olor a mar se cuela por las ventanas y nos habla de un litoral de fábula ya que nos recuerda que la playa de las Catedrales no queda lejos.

Pero lo que es de fábula son los jardines, la vista y, sobre todo, la mesa de Xoiña, en donde se disfruta sin reparo de todo lo que nos ofrece el Cantábrico. La ensalada de huerta y mar, el pulpo a la gallega, las almejas a la marinera fina, el rape preparado de diversas maneras o la merluza, el lenguado, la lubina y el mero nos hacen disfrutar de la vida, sobre todo si vienen con una botella de Marques de Vitoria o Campillo, estrellas de una generosa carta de vinos.


 

Por | 2020-12-15T01:34:00+00:00 diciembre 15th, 2020|Categorías: Ruta de pinchos y vinos|Etiquetas: |Sin comentarios