Vino, sal y una dosis de cultura en tierras alavesas

//Vino, sal y una dosis de cultura en tierras alavesas

Vino, sal y una dosis de cultura en tierras alavesas

Con detalles de calidad se vive mejor.

 

Álava es una provincia muy pequeña en extensión pero muy grande en horizontes e historias. Parece que aquí un kilómetro cunde más que en otros lugares porque en un trayecto muy corto hay mucho que ver y disfrutar.

Hay mil maneras posibles de organizar una ruta porque cada uno tiene sus gustos e intereses. Hoy vamos a pedir consejo a la Unesco para que nos muestre el camino a seguir.

No hay ningún lugar declarado patrimonio mundial por la Unesco pero sí hay varios en la lista esperando el momento. Es el momento de dejarse inspirar por esos valores excepcionales que hacen que un lugar tenga un valor único en el mundo. Podemos centrarnos en la parte meridional de la provincia para encontrar verdaderos tesoros. Algunos pueden ser conocidos pero otros probablemente sean un descubrimiento.


Ruta álava, Valle Salado Añana

Nuestra ruta empieza en el Valle Salado de Añana. Los que todavía no conocen este “valle salado” se están perdiendo una maravilla de gran valor paisajístico, arqueológico, geológico, arquitectónico e histórico. Aquí, durante siglos, se ha creado un paisaje cultural mediante la creación de terrazas escalonadas, pozos y canales para obtener sal a partir de unos manantiales de salmuera. Algo único y espectacular que se ha mantenido, transformado y perfeccionado durante siglos. Este sistema de obtención de sal está documentado desde hace 1.200 años pero es posible que la actividad se remonte a nada menos que 6.500 años. Un lugar lleno de historia y maravilla.

Aquí se puede conocer de primera mano el oficio de salinero, probar diferentes variedades de sal de excelente calidad y experimentar algunas de las propiedades de estas aguas hipersalinas en el Spa Salino. Y sobre todo descubrir el proceso de obtención de la sal que se basa en la evaporación del agua de la salmuera por medios naturales. Los expertos han llegado a la conclusión de que la mejor manera de preservar este conjunto de estructuras de secado y la arquitectura que tiene asociada es manteniendo la actividad de obtención de la sal. Eso sí, adaptando los productos a las demandas de la sociedad actual. Y no hay que perderse la oportunidad de disfrutar de los baños de pies.


Ruta álava, Tuesta, Iglesia Asunción de Nuestra Señora

Ya que estamos aquí podemos aprovechar para acercarnos a Tuesta, donde se pueden hacer unas caminatas cortas pero muy atractivas. Y visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Tuesta, conocida como la Catedral de Valdegovía. Es una hermosa iglesia, de lo mejor del románico alavés, que ha sido declarada Monumento Histórico-Artístico en 1932.

Pero nuestra idea es seguir en busca de esos lugares que la Unesco cree que tienen valor universal, y la propuesta para conseguir ese título es el paisaje cultural de la viña y el vino en la Rioja alavesa. Es evidente que esta zona perpetúa una tradición que se sigue sin interrupción desde la Edad Media pero que se remonta en realidad a los tiempos del imperio romano.


Ruta álava, Labastida

Uno de los detalles más curiosos de esta relación entre el ser humano y el medio ambiente a través del vino se encuentra en Labastida y son los lagares rupestres. Alrededor de Labastida hay decenas y decenas de ellos, la mayor concentración de toda la provincia, y hay que recorrer la zona para descubrirlos y aprender de las técnicas antiguas de pisar la uva y conseguir el mosto que luego se convertiría en vino.


Ruta álava, Laguardia

Seguimos el camino. La villa de Laguardia es uno de los mejores lugares para sumergirse en la historia del vino y su relación con el paisaje. Por un lado está el Museo Temático del Vino, situado en la antigua finca de recreo del fabulista Félix Mª de Samaniego. Este complejo museístico ofrece numerosas actividades enoturísticas entre las que se encuentran las catas de vino.

La Villa Medieval de Laguardia es uno de los conjuntos más atractivos de todo el País Vasco. Es una delicia pasear por sus calles y descubrir las iglesias fortificadas de San Juan Bautista y Santa María de los Reyes, con un pórtico excepcional que conserva en excelente estado su policromía. Sin embargo, a pocos pasos aparece una escultura llena de maletas y zapatos. “Viajeros” del escultor Koko Rico, homenajea a los visitantes que se acercan a esta villa. También hay plazas, casas solariegas, bodegas antiguas, la Casa Palacio del Fabulista Samaniego.

Al estar situada en un alto la vista se extiende por un paisaje maravilloso de viñedos que se descuelgan por las laderas de la sierra de la Sierra de Cantabria. Por los alrededores se va en busca de dólmenes y lagunas donde abundan las aves, lo que hace una excursión más completa si cabe.

El mejor lugar para vivir la esencia de esta tierra de vinos es una visita a las Bodegas Campillo. Esta bodega reproduce el concepto de los châteaux franceses y permite descubrir los secretos de la gran bebida que ha surgido en estas tierras desde hace tantos siglos. Además siempre hay exposiciones de arte. En pocos lugares se combina con tanta facilidad la naturaleza, el arte, la arquitectura, la historia y el vino.