Tipos de tapones botellas de vino

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Tipos de tapones botellas de vino

El tapón que habla

El tapón es el patito feo en una botella de vino. Nos fijamos en todo lo necesario para disfrutar de una buena copa pero (casi) no le dedicamos ni un instante al tapón. Bueno, tal vez los segundos que hacen falta para sacarlo y apartarlo de nuestro lado. Sin embargo es un elemento importante que influye en la conservación e, incluso, en la evolución del vino una vez embotellado.

Además de algunos tapones curiosos, como los de cristal o algún otro material extraño, al final la variedad de tapones que nos podemos encontrar es muy limitada. Pero conviene darle un repaso.


Tipos de tapones botellas de vino, tapón de corcho

Tapón de corcho.

El de toda la vida. De hecho, hasta hace relativamente poco tiempo era la única opción razonable. Incluso hoy, con toda la tecnología a nuestro servicio y la innumerable cantidad de materiales a nuestro alcance, el corcho sigue siendo el rey indiscutible para fabricar los tapones ya que se ocupa de cerrar el 80% de las botellas de vino del mundo. Como es sabido, el corcho se obtiene de la corteza del alcornoque y Portugal y España son los principales productores mundiales.

Un papel tan preponderante se debe a sus innumerables ventajas. Es ligero, elástico y resistente. Y lo que es más importante: permite y facilita la conservación y evolución del vino una vez embotellado. Incluso puede aportar matices al vino. Por otra parte, su valor económico permite la conservación de grandes masas de alcornocales.

Como parece que nada es perfecto en este mundo, el corcho tiene un problema y es que puede favorecer la aparición de hongos (la llamada enfermedad del corcho o TCA) que afectan al líquido embotellado. No es ninguna tontería ya que se calcula que el 4% de las botellas están afectadas por un hongo microscópico que es transmitido por el corcho.

Por supuesto, en los tapones también hay calidades y aunque el material sea natural de origen también se pueden crear derivados como aglomerados o colmatados. De cualquier modo, aunque sea de manera inconsciente, seguimos considerando que las botellas con tapón de corcho ofrecen vino de mayor calidad.


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Tapón sintético.

Los problemas derivados de la TCA y los intentos de abaratar costes han propiciado la creación de tapones sintéticos. Estos tapones imitan a los naturales y los fabricantes han conseguido reproducir la elasticidad y resistencia del corcho. Otras características, como la permeabilidad, no están conseguidas por lo que los efectos sobre el vino embotellado son diferentes.

La ventaja fundamental es que evita (casi completamente) la TCA y ese olor a corcho que a veces malogra un buen vino. Otras ventajas son el precio y la facilidad para personalizarlos, sea mediante colores, dibujos, etc. Entre sus inconvenientes está la poca durabilidad, por lo que realmente sólo se pueden utilizar para vinos jóvenes que se vayan a consumir en un plazo corto de tiempo. Al estar hechos de diferentes materiales cada uno puede aportar condiciones diferentes pero al ser siempre sintéticos pueden producir olores poco naturales. También hay que tener en cuenta la huella ecológica generada durante su producción.


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Tapón de rosca.

Otra novedad de los últimos tiempos que tiene un cierto éxito en bodegas americanas, australianas y neozelandesas aunque apenas se prodiga en Europa. Tiene la ventaja del precio y la facilidad de apertura aunque eso mismo impide cumplir con el ritual del descorche, que acaba siendo un elemento indisociable de abrir una buena botella de vino.

Algunos modelos permiten la oxigenación del vino aunque nunca su maduración. Aunque en menor medida que el corcho, no impide absolutamente el problema de la TCA.