Sacacorchos a gogó

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Sacacorchos a gogó

Abrir una botella tiene su ritual

Gran imprescindible en todas las casas y aficionados al vino. Coleccionarlos suele ser parte de su uso. El sacacorchos, ese gran aliado de los amantes del vino y que normalmente desaparece de la misma misteriosa manera que las parejas de los calcetines. ¿Se evaporan o se los lleva un amigo?

Los sacacorchos han de ser prácticos y fáciles de usar. Partiendo de esta base, la variedad es mucha y de múltiples precios.

Se dice que el sacacorchos nació en el siglo XVII, al tiempo que empezó a taparse los recipientes en los que se almacenaba el vino, y se empezó a popularizar la botella con tapón. Y si queremos ir sabiendo más datos curiosos, la primera patente de sacacorchos fue registrada en 1795 por Samuel Hensall, un inglés que inventó el sacacorchos en forma de T.

A día de hoy hay multitud de sacacorchos, y como siempre es recomendable tener dos o tres en la recámara, aquí tenéis para elegir.

Sacacorchos a gogó, sacacorchos en forma de T

SACACORCHOS EN FORMA DE T

Es el clásico de entre los clásicos. Se requiere más fuerza y no es el más práctico, pero su base da lugar a piezas maravillosas. Hay que ser un poco hábil para que el corcho no se rompa. Es el de toda la vida, se enrosca en el corcho y se tira ¡pop! Es el perfecto para llevar de camping, además ahora los hacen con muchos y modernos diseños.

SACACORCHOS DE DOS TIEMPOS

Este es el que más se utiliza en bares y restaurantes. Tiene un apoyo para el borde de la botella, se enrosca, y en dos tiempos la botella se abre.

Sacacorchos a gogó, sacacorchos dos tiempos

Le Creuset tiene su modelo WT110 de doble palanca. Plegable y de acero inoxidable. La empuñadura de apoyo dice mucho de la calidad de la pieza.

SACACORCHOS DE AIRE COMPRIMIDO

Con este hay que tener cuidado, porque si no se utiliza bien puede alterar la química del vino. Su funcionamiento es a través de bombear aire comprimido con una fina aguja para extraer el corcho. No suelen ser muy populares, pero impresiona su uso.

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SACACORCHO DE ALAS

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Su funcionamiento es un juego de fuerzas. Es más práctico que bonito; pero resulta extremadamente práctico. Es el más común de todos y el que encuentras en todas las casas. Posiblemente, también es el más fácil de encontrar en el “chino” del barrio. Es el típico que tiene dos alitas que al bajarlas, el corcho sube. Con este sacacorchos hasta el más patoso es capaz de sacar el corcho entero el 90 por ciento de las veces.

 

SACACORCHOS ELÉCTRICO

Este es para vagos, perfecto para abrir todo tipo de botellas. No hay que tener ni fuerza ni ser muy hábil, solo saber colocarlo bien en la botella. Eso sí, hay que tenerlo cargado siempre, si no, la fiesta tiene que esperar… La marca Olivivi tiene un modelo que con solo apretar dos botones en 8 segundos saca el corcho. Tiene batería para unas 8 horas de descorche.

SACACORCHOS DE PARED

Es un buen adorno para la cocina. Se cuelga de la pared, y le da un toque de entendido a los azulejos. Tienen una base donde apoyar la botella. Se le clava el tirabuzón y con la manivela, al levantarla, sale el corcho con toda facilidad.

SACACORCHOS DE LÁMINAS

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Estos son un poco difíciles de utilizar, pero fundamentales para cuando queremos abrir un vino de añadas antiguas. Su técnica es muy delicada, se meten las láminas entre el cristal y el corcho y suavemente, lo extrae.

Monopol AH-So es un modelo hecho en Alemania que tiene dos puntas de acero endurecido que abrazan el corcho y sacan entero hasta el corcho más quebradizo.