Helados y vino

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Helados y vino

Un matrimonio que crece

Está claro que si podemos encontrar helados con sabor a ajo, fabada o pulpo a feira no debería existir ningún inconveniente para que el helado de vino estuviera presente en los comercios. Realmente el helado de vino tendría un sabor mucho más normal que el de empanada gallega, chorizo o espaguetis con queso, sabores que existen realmente aunque, afortunadamente, no han conseguido imponerse frente a los de limón, fresa y chocolate.

Y todavía disfrutamos, no tanto como se debería, de esas torrijas de vino, las peras al vino o las sopas de vino con azúcar como dulces de fiesta y familia. ¿Pues el siguiente paso queda claro? Helado de vino, que ahora en verano apetece…

Helados y vino, peras al vino y helado

 

Por eso, el helado de vino no rompe ningún esquema ni atenta contra las leyes de la lógica. Y si usamos el vino para cocinar también podemos usarlo para hacer helados. Si en el proceso eliminamos el alcohol, como a la hora de guisar, un buen helado de vino haría las delicias de cualquiera, grandes o pequeños.

En los últimos años se detecta una reducción del consumo de vino en términos generales aunque un aumento del vino de calidad. Una de las razones es que cada vez somos más exigentes, preferimos poco y bueno que mucho y mediocre y, además, ya no nos conformamos con un tintorro cualquiera. Otra razón es que, cuando hace calor, algunas almas poco cultivadas tienden a consumir cerveza en lugar de un buen vino fresquito. El helado de vino sería una de las maneras de contrarrestar esta infortunada tendencia.

Una forma fácil y sencilla de hacer helado de vino es la siguiente. Cocemos el vino con el azúcar, la canela y cualquier otro añadido que queramos como clavo o corteza de limón y dejamos que el alcohol se evapore y el líquido se reduzca. Al cabo de unos minutos apartamos del fuego y dejamos templar. Por otro lado hacemos una mezcla de leche, nata para cocinar y yemas de huevo.

Hay quien prefiere añadir el azúcar aquí y no en el vino al principio. Mezclamos bien el contenido de las dos elaboraciones y metemos en el congelador. La textura dependerá de si disponemos de una batidora para helado pero en cualquier caso estará muy rico. No hace falta decir que la calidad del helado dependerá de la del vino elegido y aquí no podemos escatimar.

Helados y vino

No deberíamos utilizar nunca, para hacer helados o para cocinar cualquier otra receta, un vino que no nos gustaría beber. Seamos un poco exigentes en este aspecto.

Hay algunas empresas que fabrican helados de vino mediante un proceso que conserva el alcohol. Es un producto reservado lógicamente, como cualquier otro con ingredientes semejantes, a personas que acrediten ser mayores de edad. Y si lo hacemos en casa tenemos que ser conscientes de que hay que mantener el helado fuera del alcance los niños.

Crossroad Company apostó por esta idea desde el año 2014. Y ahora ya distribuye sus productos directamente al consumidor final. Y en varias tiendas de helados de Colombia y Venezuela, los helados de vino tinto están al lado de los de ron.

En cualquier caso, un helado hecho con un buen vino será uno de los placeres del verano. Y como todavía no es algo muy conocido será una manera de sorprender a nuestros invitados y dejar con la boca abierta y sin palabras a ese cuñado que siempre está a la última. Un helado de vino sirve para todo. Incluso podemos brindar si lo tomamos con un cucurucho.

Por | 2019-07-29T22:41:39+00:00 agosto 14th, 2019|Categorías: Mundo Vino|Etiquetas: , , , |Sin comentarios