CUATRO VINOS  PARA CUATRO PLATOS MANCHEGOS

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CUATRO VINOS  PARA CUATRO PLATOS MANCHEGOS

La Mancha es una gran lugar en el que comer, disfrutar de un bonito patrimonio y del carácter de su gente. El humor manchego es, además uno de los más surrealistas, el que más conecta con la gente en  los que tenemos en el panorama patrio. Aquí tenemos a  Mota, Cuerda, Almodóvar o los chicos de Muchachada. 

Un buen plato manchego, una conversación con las personas de la tierra y unos blancos para acompañar son la receta infalible. Si no es la manera perfecta de pasar un rato, le queda muy cerca. Para maridar bien cada plato de la gastronomía manchega con los distintos tipos de vino, aquí os dejamos unas recomendaciones.

1. MIGAS DEL PASTOR

Este plato apetece a todas horas, ¿o no? Da igual que sea verano, invierno, mañana, noche o incluso al llegar de una juerga y acostarse a las tantas.

Cuenta la leyenda que las migas nacieron un día que una familia de pastores se dejó el pan fuera, llovió y el pan se hizo migas. Esta y el descubrimiento de la penicilina son mis dos causalidades favoritas.

Algo tan sencillo como delicioso es el resultado de unas buenas migas. Pan duro, a poder ser de cruz, un sofrito de aceite, ajos, torreznos, panceta, chorizo y pimentón. Si las queremos dulces, se añaden uvas o melón. En caso contrario podemos hacerlas con un huevo frito, ¡y ya la gloria es absoluta!

El truco para que queden deliciosas siempre radica en el corte del pan y la cantidad de agua que se le pone para remojarlo. Normalmente las migas suelen aparecer en nuestra mente al lado de un chato de tinto, pero nosotros hemos optado por acompañarlo de un rosado de Condesa de Leganza. Un abanico de toques afrutados desde la base de un tempranillo delicado. Limpia el exceso de grasa de este contundente plato manchego.

2. ARROZ A LA TOLEDANA

Este plato tiene mucho de ritual. El arroz a la toledana no es un arroz cualquiera. Contundente y sabroso, es una de las mejores maneras de meter calorías al cuerpo un día de lluvia.

El arroz a la toledana es un mar y montaña. Lleva pollo, medio para ser exactos, congrio (un pescado salado que forma parte de grandes platos de la cocina castellano-aragonesa), calamares, setas y manteca de cerdo.

La textura de este plato es entre seca y melosa, y para acompañarlo, la mejor opción es un blanco que haya pasado un tiempo en barrica. Así los aromas tostados que desprenda potenciarán los sabores, sobre todo de las setas.

3. TIZNAO DE BACALAO

Otro de los pescados que se ha utilizado siempre en el interior de la península es el bacalao. El tiznao es un plato sencillo, lleva bacalao desalado y que se cuece al horno junto a patatas, pimientos morrones, cebollas y ajos.

Una vez que está todo asado y bien asado, se pica, se hace una especie de pasta con tropezones y se echa a una olla para mezclarlo con tomates crudos y pimentón dulce. Es un plato puramente cervantino, ya se comía en los tiempos en los que Don Quijote moraba por estas llanuras.

Hoy lo podemos acompañar con un blanco verdejo de Condesa de Leganza. La cata empieza con los preparativos. Un vino blanco, brillante e intenso, perfecto  para cualquier tipo de reunión. 

4. MAZAPÁN

En el turno del postre, el mazapán es uno de los dulces más internacionales de las tierras manchegas. Almendra, azúcar y huevo para que esté bien brillante. La primera referencia al mazapán que se conoce es el el año 1512, supuestamente traído por cruzados y peregrinos de tierras moras.

Lo normal es tomarlo con un vino dulce del tipo Jerez, pero los blancos jóvenes con sus aromas florales van estupendamente con la flor de azahar.