Cuatro blancos para cuatro platos de mejillones

//Cuatro blancos para cuatro platos de mejillones

Cuatro blancos para cuatro platos de mejillones

El aristócrata más humilde del mar.

Pocos bivalvos hay que sean tan agradecidos, lucidos y económicos como lo son los mejillones. Estos animalillos se llevan cultivando en España desde época de los romanos y formando parte importante de la gastronomía patria. De roca, gallegos, mediterráneos, naturales, o en conserva… Cualquier variedad de mejillón es ideal para disfrutar de un aperitivo, y si lo acompañamos de un vino blanco, mucho mejor.

Aquí os dejamos 4 blancos para 4 platos de mejillones que, además de mucha proteína y hierro, os darán un rato de lo más agradable.


Cuatro blancos para cuatro platos de mejillones

EL CLÁSICO TIGRE

Por desgracia se han convertido en un producto poco valorado, pero si damos con un buen local, tendrá clientes para toda la vida. Una barra de bar no es una barra de bar si no tiene detrás de sus vitrinas unos buenos tigres. Es un aperitivo bastante castizo, aunque en Galicia también tiene su legión de adeptos.

La manera de prepararlos… una bechamel, un sofrito con la carne del mejillón y a empanar… si estamos en Galicia, lo suyo es acompañarlo de un Fortius Blanco Fermentado en Barrica. Entre 7 y 10 grados y alegría que el aperitivo se va a alargar.


Cuatro blancos para cuatro platos de mejillones

CREMA DE MEJILLONES

Para los días de frío esta crema es uno de los mejores reconstituyentes y que antes nos van a hacer entrar en calor. Para darle un toque de glamour y suavizar el sabor, la acompañamos de manzana y cilantro, y además le ponemos una tapa de hojaldre para presentarlo como Dios manda. Una manera fácil de imitar al gran Paul Bocousse, y su sopa de trufa.

Verduras, mejillones, manzana y a cocer unos quince minutos, se añade el caldo de haber cocido los mejillones previamente y ya la tenemos. La metemos en el horno con el hojaldre copo tapa y la presentamos con unas hojas de cilantro.

Un Faustino Chardonnay le dará el acompañamiento perfecto… Infalible para cocineros resultones que no necesitan aparecer en concursos televisivos.


Cuatro blancos para cuatro platos de mejillones

MEJILLONES BELGAS

Esas cazuelas repletas de mejillones y esas patatas fritas de acompañamiento son una de las señas de identidad de la gastronomía belga, además de un plato buenísimo y fácil de preparar.

Para preparar esta receta es mejor utilizar mejillones pequeños, y es tan fácil como abrir los mejillones en su propio jugo, añadir vino blanco, unas ramitas de apio y nata, y el plato está preparado… se tarda mucho más en freír las patatas… y además, si no acabamos con la salsa al primer envite, la podemos utilizar al día siguiente para acompañar a una pasta… ¿qué más se le puede pedir? Pues muchos amigos y tiempo para sorber el caldito que queda en las conchas del mejillón.


Cuatro blancos para cuatro platos de mejillones

PATÉ FALSO DE CENTOLLO

Idea de resistencia, para bolsillos blanqueados. El mejillón tiene un sabor tan ecléctico, que, dependiendo de cómo lo prepares, puede dar el pego y pasar por centollo. El paté de mejillones es un remedio muy socorrido si de repente te viene gente a casa por sorpresa y no tienes mucho en la despensa.

Una lata de mejillones en escabeche, dos quesitos y una lata de atún en aceite. Se bate todo junto y ¡a untar! El sabor es parecidísimo al del centollo y con un espumoso de Faustino o un rosado de Campillo seremos los anfitriones perfectos.

Ni que decir tiene que, aparte de estas recetas, unos mejillones al vapor o una lata de esas en las que solo caben 4 mejillones lustrosos, son también un manjar de dioses, incluso de dioses de barrio.