Cine, Navidad y vino

//Cine, Navidad y vino

Cine, Navidad y vino

Cine, Navidad y vino

Cuando se piensa en Cine, Navidad y vino hay un buen listado de películas, la mayoría estadounidenses, que saben sacar partido a este momento glorioso del año. Aquí somos menos aficionados a ello, aunque todos recordamos algunas maravillosas escenas como a Pepe Isbert buscando a su nieto Chencho en el mercadillo navideño de la Plaza Mayor de Madrid en el filme La gran familia, de Fernando Palacios. Pero la verdadera gran película española cuyo argumento gira en torna a la navidad es Plácido, de Luis García Berlanga.

Cine, Navidad y vino, La gran familia película

En la historia del cine español hay algunos nombres que brillan por encima del resto. Entre los directores, pocos hay a la altura de Luis García Berlanga. Y, entre los guionistas, casi todos nombrarían a Rafael Azcona entre los primerísimos de la lista. Lo bueno de esto es que ambos trabajaron juntos en un buen puñado de películas. De la colaboración de dos genios tan complementarios sólo podían salir maravillosas obras de arte.

Cine, Navidad y vino, Placido película

Plácido fue la primera colaboración de ambos, y el éxito fue absoluto. De hecho fue candidata al premio Oscar a la mejor película extranjera. No ganó el premio porque tuvo la mala suerte de competir con Ingmar Bergman.

La historia de Plácido es conocida: en una pequeña ciudad española sin nombre, la buena sociedad local, se propone compartir la cena de Navidad con los pobres. Al mismo tiempo, la estrella navideña recorre las calles llevada por un motocarro. Con estos ingredientes, Berlanga, Azcona y un maravilloso elenco de actores dan vida a una sociedad en la que hay de todo.

Dentro de las mil peripecias que se desarrollan en esa Nochebuena, los momentos de dicha se encuentran en la mesa, durante la cena. Allí, el vino es protagonista de esos escasos instantes agradables en la vida.

Plácido nos muestra una sociedad llena de contradicciones. Para representar el fondo del alma humana la sátira inteligente ha sido siempre un arma convincente, y si va acompañada de humor, aunque sea del más ácido, el resultado es una obra maestra del cine de todos los tiempos.

Cine, Navidad y vino, Placido película

Y volvemos a la evidencia de siempre. Entre tantos problemas que nos rodean, la mejor manera de disfrutar de la vida es una buena mesa en donde hay unas buenas copas de vino. En Plácido hay varias escenas de la cena navideña, que se celebran en diferentes casas, las de los señores de la buena sociedad que participan de la campaña de sentar a un pobre a su mesa y ofrecerles la misma comida y bebida que al resto de su familia. Alguna de esas cenas no acaba bien, pero en otras los participantes alcanzan algo que podría ser la dicha. Uno de los pobres, para poder alargar el momento no duda en meter la botella de vino en el bolsillo de la chaqueta al levantarse de la mesa. Luego se sienta en un sillón y se consuela al sentir que tiene el bolsillo abultado y pesado. Una botella de buen vino puede ser el pasaporte para una buena noche, una Nochebuena un poco feliz. El arte, a veces, nos enseña una lección, aunque ésta ya la conocíamos de sobra.